Recientemente la Asociación Civil “Vigilia Ciudadana”, denunció el mal uso de recursos públicos por parte del gobierno regional que hizo fabricar 100 mil mascarillas con los colores del movimiento político del gobernador y sin las medidas de sanidad correspondientes. La Contraloría actúo inmediatamente y mediante el Informe 647-2020-CG/GRPI-SOO determinó cuatro situaciones adversas que afectaban la finalidad pública de la contratación.
Hace muy poco y con documentos oficiales, “Vigilia Ciudadana” puso en evidencia hechos muy graves en el uso de dinero público para luchar contra la pandemia que ya ha sumido en el dolor a muchos hogares piuranos. Anular un contrato por la compra de equipamiento para salvar vidas y hacer otro para lo mismo, a tres veces el precio inicial y en mayor plazo, es cabal expresión de un gran desprecio por la vida.
A nuestra joven y aún incipiente institución, ya no le sorprende la incuria y lenidad con la que actúan algunas instituciones llamadas a investigar y sancionar a quienes, en nombre del Estado, mal usan y medran de los dineros que por razón de su cargo deben administrar. Son más de dos decenas los casos que “Vigilia Ciudadana” ha denunciado y hasta hoy, en apenas unos pocos, se ha encontrado respuesta, como en este de la Contraloría y las mascarillas.
En la anulación de compra de equipos médicos para hacer otra con precios sobrevaluados, son la Contraloría y el Ministerio Público los que deben actuar de inmediato. El primero con el control concurrente y el segundo disponiendo una inmediata investigación preliminar, pues en general y más aún en una situación de crisis como la que vivimos, es indispensable dejar la blandura o la falta de rigor con quienes conciben al Estado como un botín en vergonzosa repartija.
La ausencia de transparencia en la gestión de los recursos públicos, es el terreno propicio en el que florece la corrupción y no somos sino los ciudadanos, quienes tenemos que poner un reflector sobre la administración de esos recursos y sobre los procesos que se realizan para ejecutarlo. Es lo que “Vigilia Ciudadana” viene haciendo hace casi tres años y equivale apenas a una gota de agua en medio de ese mar de corrupción en el que vivimos. Si uniéramos nuestras voluntades, seríamos una ola indetenible, formada por millones de gotas. Hagámoslo.
Vigilia Ciudadana 