Veni, vidi ¿Vici?

Revisemos a partir de este título el recurrente tema de la suscripción del contrato gobierno a gobierno con el Reino Unido e Irlanda. Formalizado el acuerdo, desde hace unas semanas han comenzado los esfuerzos por comunicar virtualmente su alcance y algún detalle básico del trabajo a realizar. = Veni.

Revisemos brevemente. Se sustenta un buen objetivo general, un buen acuerdo, aparentemente, un buen contratado = “Vidi” (ví). ¿Qué falta?: “Vici” (vencí). En este caso, un buen punto de encuentro entre el gestor, el contratado y el mandante, en este caso, no son ni las autoridades del gobierno central, ni las locales. El mandante es la ciudadanía de la región Piura. Sus servidores: los funcionarios públicos de todo nivel.

Veámoslo así: en Eonomía se teoriza, desde sus inicios, cómo se valorizan los bienes. Adam Smith, sustentaba (1776) que el valor de un bien estaba relacionado directamente a la cantidad de trabajo que se requería para su producción. Frente a esta idea, surgió la del economista austríaco Carl Menger, quien en 1871, rebatió a Smith sustentando que el valor de las cosas más bien dependía de la valoración subjetiva que le dé cada consumidor. Simplificándolo, podemos referirnos a la valoración que le daría un indviduo a un vaso con agua en medio de una ciudad, versus estando en medio del desierto de Sechura, esto sin importar su costo de producción.

¿Cuál es el bien económico (si, económico) más valorado para el ciudadano piurano en nuestro sueño de reconstrucción?. ¿Es sólo la reconstrucción física de la región y su dotación de más y mejor infraestructura? ¿O acaso lo que más valoraríamos sería la credibilidad y el adquirir la capacidad de enfrentar de forma transparente y profesional, pero además, articulada con la ciudadanía, cualquiera que sea el problema que de seguro se nos presentará en el futuro?.

Hasta hoy, las interesantes reuniones virtuales sostenidas han sido un diálogo de un solo lado. Muchas sonrisas y cortesías entre los miembros de ponentes pero ninguna respuesta a los convocados. Están dándole la espalda a un valor superior – desde la subjetividad del mandante – que es construir confianza en medio de un descrédito generalizado hacia las autoridades públicas. Es gracias a la inclusión activa de la ciudadanía, en todos y cada uno de los pasos de este proceso, que se asegurará el aprendizaje para la supervisión, actual y futura, de la gestión de los problemas no abarcados en este acuerdo y circunstancia particular.

Con actitud positiva pero igualmente férrea debemos hacer saber que si la ARCC quiere exponer unidireccionalmente, no es necesario que cite a conferencias Zoom. En ese caso, sólo necesita colgar un video con su exposición y listo. Pero si lo que se quiere es comunicar e integrar al cliente (si, al cliente) dentro del proceso, y no sólo a sus servidores circunstanciales (las autoridades públicas), entonces le animamos a reconsiderar su estrategia de comunicación y a preocuparse por no convocar profesionales ni siquiera aparentemente vinculados al penosamente conocido “club de la reconstrucción”, para que así, se vaya reconstruyendo también el valor más acariciado y demandado por la piuranidad : la transparente gestión de los recursos públicos y la incorporación de una sociedad civil informada, capacitada, empoderada en la resolución de sus problemas. Las autoridades pasan, la población queda. En esa proyección le invocamos a la comisión británica que por favor no deje dudas que en fiel cumpllmiento de su acuerdo no deje de estar del lado de la ciudadanía y así también podrá gritar a todo pulmón y con nuestro aplauso: “Vici”(vencí).

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