
“Expresamos nuestro respaldo al gobernador regional Servando García, por el trabajo que viene realizando para enfrentar la pandemia (…) esperando continúe con las acertadas políticas implementadas (…) en favor de todos los piuranos”.
¿Sabe usted amable lector quién suscribió estas frases huecas, falsas y antojadizas? Nada menos que el alcalde de Piura, Juan Diaz Dios. Lo hizo públicamente el pasado 26 de abril y cuando apenas había gastado el 1.8% del presupuesto asignado a la municipalidad para combatir el Covid y, junto a otros alcaldes provinciales, buscaba más asignaciones presupuestales que premien su ineptitud, satisfagan su vanidad y financien su proselitismo político. Quien lo dijo cambió de opinión según su amoral conveniencia y ahora asistimos a la vergonzosa reyerta entre el alcalde provincial y el gobernador regional por el hospital de contingencia que la ARCC levantó en Piura.
Con claros afanes politiqueros, ambos ofrecían el terreno para levantarlo y así la obra parezca suya. Servando García, frustrado en sus burdos planes proselitistas porque esa pulseada se la ganó Diaz Dios, encuentra mil peros y hace todo lo posible para que éste no funcione; no importándole tener esa infraestructura y 20 ventiladores mecánicos en desuso pese a la emergencia; evidenciando ambos que más les importa su ego y sus desvaríos politiqueros que la salud y la vida de los piuranos.
Lo visto es inaudito e inaceptable y resulta indignante ver cómo dos autoridades que en teoría están para servir a los ciudadanos, privilegian su afán de figurar pretendiendo parecer eficientes, cuando lo evidente es su obsceno afán de poder, el descarado cinismo con que exhiben su incapacidad para ponerse de acuerdo, las miserias de su moral, y su ineptitud para dirigir y gestionar servicios que los piuranos necesitan con extrema urgencia.
Existe un hospital con 200 camas y frente a la emergencia, son ellos los obligados a completar pronto lo que falta, pero está visto que el alcalde provincial y el gobernador regional, solo piensan en su bienestar y en su provecho. No hay muerte ni dolor que los conmueva y asumen que los piuranos debemos optar por cada uno de ellos a partir de sus fútiles argumentos. Viven en su maloliente burbuja, sin darse cuenta que solo nos generan indignación y desprecio. Váyanse…