
Según cifras poblacionales del Jurado Nacional de Elecciones (JNE), en la región Piura se identificaron a 672,482 mujeres habilitadas para votar en las elecciones del 7 de octubre pasado. De un total de 1,341,718 electores, el número de mujeres simbolizaba un 50.12% de la población. Teniendo en cuenta estos datos, se podría inferir que tanto las mujeres como varones tuvieron igualdad de posibilidades de postular a un cargo municipal o regional; no obstante, esto no ocurrió. Lo curioso es que esta ausencia de candidatas mujeres fue una figura que se replicó en todo el país.
Según el JNE a nivel nacional, los 23 millones 375 mil electores eligieron a 12, 966 autoridades. En esta oportunidad se presentaron 113,665 candidatos a nivel nacional, en su mayoría fueron hombres los que lideraron la mayor cantidad de listas. Sólo 8,8% de candidaturas fueron de mujeres, el mismo porcentaje del proceso anterior.
El JNE reportó en junio, a través de su página web, que en la región Piura, 160 mujeres postularon como candidatas para el cargo de vicegobernadoras y consejeras regionales, pero ninguna postuló al de gobernadora regional. Del mismo modo, de las 15 listas presentadas en la carrera hacia el Gobierno Regional, solo siete tuvieron a una mujer como candidata al cargo de vicegobernadora.
Los resultados de los comicios del pasado domingo 7, para Piura indicaron que cinco mujeres habían ganado la alcaldía en la región a nivel distrital. Morropón, Salitral, Amotape, Lobitos y Pueblo Nuevo de Colán serían las únicas zonas gobernadas por mujeres para este 2019-2022. Siendo 65 alcaldías provinciales y distritales de la región, esta cifra representa apenas un 7% de incursión femenina.
Para la provincia de Piura se presentaron 16 candidatos para alcalde, de los cuales dos fueron mujeres.
En las elecciones del 2014, también fue notoria la diferencia de participación, en hombres su presencia se acentúa en los gobiernos municipales, en los cuales las peruanas apenas llegamos al 3% de representación, y en los regionales, solo una mujer, en Arequipa, fue elegida gobernadora.
Para muchas personas este hecho podría pasar desapercibido; puesto que, así como las mujeres afrontan dificultades y diferencias en otros ámbitos, esto mismo podría haber justificado este ausentismo en las candidaturas. Sin embargo, la ley electoral invitaba a los partidos políticos a incluir a mujeres entre sus listas de acuerdo a la cuota de un 30%, que pareciera no basta para incrementar la participación de la mujer en política. Incluso, desde el gobierno central se solicitó incorporar mujeres en las listas de candidatos como una medida para disminuir las desigualdades en la política; sin embargo; los resultados de estos comicios regionales y municipales demostraron que las relaciones de desigualdad aún continúan y que hay un retroceso, no tenemos ni una gobernadora ni alcaldesas provinciales.
¿Por qué estamos en esta situación?
Una primera dificultad es que las organizaciones políticas no cumplen con el mandato legal que establece las cuotas electorales en las listas de candidatos para que quienes forman parte estos colectivos (mujeres, jóvenes, indígenas) tengan mayores oportunidades de participar en la vida política del país. En otros casos, algunas especialistas manifiestan que la mayoría de las organizaciones políticas sólo admiten a mujeres con la finalidad de cumplir con la aplicación de la cuota de género, establecido por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) según la Resolución N° 0288-2015-JNE publicada en el Diario Oficial El Peruano el 7 de octubre de 2015.
Mientras que otros expertos coinciden en que la gran demanda masculina por ostentar estos cargos reduce las posibilidades de postulación de las mujeres, que cargan con la percepción de que la política sigue siendo enteramente masculina, perdiendo el interés. Asimismo, el acoso político del que son víctimas, que puede incluir intimidación, obstaculizar funciones y daños contra la propiedad (el más común en regiones), llegando a un ambiente violento, es un factor que mujeres candidatas y electas mencionan como recurrente.
El ser relegadas a los últimos lugares de las listas y las barreras que tienen que enfrentar para que un partido las acepte como su representante han sido señalados como fuertes razones que disminuyeron la tasa de postulantes femeninas a menos del 10% en estas elecciones. Como señala la Arq. Elba Merino, quien postuló como candidata a la alcaldía por Piura, siempre son los hombres los que asumen decisiones dentro de las organizaciones políticas, tanto a nivel local, departamental, como nacional. Asimismo, los limitados recursos para financiar una campaña electoral, representan una dificultad que ocasiona que las mujeres sean muy poco consideradas en la elaboración de las listas a las elecciones.
No obstante, existen razones prácticas por las que la participación de la mujer en la gestión pública representa ventajas para la ciudadanía. Tal como lo describe la Dra. Genara Castillo, docente de Humanidades de la Universidad de Piura, una mujer puede aportar su sentido práctico para «aterrizar» las ideas, siendo ejecutivas y eficientes; su capacidad de convocatoria, de integración, y su aporte de humanidad, que le lleva a cuidar de los seres humanos, especialmente de los más débiles y necesitados. Beatriz Madrid, Regidora de Nuevo Chimbote y candidata a la alcaldía por su provincia considera que las mujeres pueden aportar mucho, con entrega, compromiso, honestidad que tanta falta hace a la gestión pública y hacer política con transparencia.
Cabe mencionar que las mujeres no están exentas de caer en el flagelo de la corrupción. Este mal que ha puesto en una encrucijada a nuestro país, sólo puede ser combatido con valores y principios éticos sólidos y con una conducta honesta y transparente. Hace falta una cruzada para enaltecer la política y las mujeres con su liderazgo pueden hacer este cambio. La integridad es de las personas, sean hombres o mujeres, por lo tanto, son las virtudes personales las que generan un auténtico bienestar social.
Hay muchas mujeres con ideas, valores y propuestas que pueden aportar a los procesos de desarrollo del país, desde las regiones, pero no hay un empoderamiento de la mujer. Por esta razón, es necesario generar desde el interior de los partidos políticos, no sólo cuando están a puertas de un proceso electoral, espacios continuos de preparación y desarrollo de capacidades sobre gestión pública, formación política, planes de gobierno y manejo de la imagen y la comunicación, que permitan que las candidatas mujeres puedan posicionar sus ideas y difundir sus propuestas.
Esta formación no se obtiene exclusivamente en un partido político, hay otros espacios de capacitación de mujeres dirigentes, por ejemplo, las organizaciones comunitarias o colectivos ciudadanos que incentivan la participación de la mujer en el espacio público, y les da herramientas en forma de conocimientos y de experiencias prácticas en proyectos y programas sociales.
Garantizar una representación equitativa tanto de mujeres como de varones en los procesos electorales es un trabajo que nos compete y nos beneficia a todos. Es importante promover la participación efectiva de la mujer en espacios de elección, representación y decisión política como requisito para lograr una democracia más inclusiva y sean propiciadoras del cambio en la política, sobre todo ahora que la Reconstrucción de Piura requiere la organización y participación de todos los actores.